Burrito de Langosta, Instagram: @burritodelangosta, Ensenada, Baja California
¿Te consideras activista feminista? Sí, me considero activista feminista. A pesar de que generalmente asociamos el término a aquellas mujeres que son consideradas líderes dentro del movimiento(s), creo firmemente que resulta prácticamente imposible ser feminista y no ser activista. En mi caso, el activismo nace desde que comienzo a cuestionarme prácticas dentro de casa. Por otro lado, en el ámbito académico también he dedicado gran parte de mi experiencia a documentarme, cuestionar y escribir acerca del feminismo en América Latina.
Por favor, describe tu obra, y detalle como responde a la presente pandemia desde una perspectiva feminista.
No Vamos A Contar Hasta Diez: La obra es una protesta en contra de la nueva campaña estatal con motivo de la cuarentena. En ella, busco exponer la realidad de cientos de mujeres en México que se han visto forzadas a mantenerse encerradas junto a su agresor. Para miles de mujeres dentro del país, el quedarse en casa es una condena de muerte. El mensaje va directamente en contra del discurso insuficiente que implica el simplemente contar hasta 10, sin que el Estado tome responsabilidad por lo que ha sucedido en materia de violencia de género contra las mujeres. Por otro lado, el mismo mensaje tiene un doble significado, pues hemos de recordar que en este país diariamente son asesinadas 10 mujeres. La mitad de la obra retrata la situación actual que vivimos, mientras que la otra es un llamado a que juntas cambiemos la narrativa y el discurso oficial, exigiendo que se tomen medidas pertinentes para atender y prevenir más casos de violencia de género en México.
Seguimos Resistiendo: La obra busca dejar en claro que, aún cuando la pandemia ha puesto pausa a diversas actividades, la lucha y la resistencia persisten. Desde una óptica feminista, la pandemia no logró detener las problemáticas que nos aquejan. Los feminicidios continúan y los niveles de violencia se han incrementado dentro del hogar. Aunado a esto, la pandemia también ha evidenciado la feminización de los cuidados. Por todo ello, aún cuando se creía que el ímpetu del movimiento perdería fuerza tras las marchas y la posterior cuarentena, hemos demostrado que seguimos luchando, porque existir es resistir.